Gestión Ambiental de Impactos en proyectos mineros: 5 prácticas para garantizar su desarrollo sostenible
La gestión ambiental de impactos en proyectos mineros es un componente esencial para garantizar que la actividad extractiva se desarrolle de manera sostenible, minimizando los daños al medio ambiente y fomentando el bienestar social.
Debido a las características propias de la minería, adoptar buenas prácticas ambientales es fundamental, no solo para cumplir con la normativa vigente, sino también para fortalecer las relaciones con las comunidades involucradas, la respuesta de la sociedad en general y promover el desarrollo sostenible del sector.
Este artículo aborda cinco prácticas fundamentales que recomendamos debería implementarse en las etapas de un proyecto minero, desde la planificación hasta el cierre, basándose en normativas vigentes, avances tecnológicos y experiencias exitosas tanto a nivel nacional como internacional.
1. Integración de variables ambientales en el proyecto
La anticipación es un principio central en la gestión ambiental de impactos en proyectos mineros. Incorporar criterios ambientales desde la ingeniería conceptual no solo es recomendable, sino exigido por la normativa peruana, que establece la aprobación de instrumentos de gestión ambiental antes de iniciar cualquier operación. Las estrategias incluyen el uso de herramientas de simulación para identificar los mejores trazados y alternativas tecnológicas, priorizando aquellas que minimicen el consumo de agua, energía y la generación de residuos.

2.Línea base y caracterización ambiental del entorno
El levantamiento de una línea base ambiental debe contemplar la aplicación de protocolos de monitoreo y la participación efectiva de comunidades locales. Se debe tener en cuenta la Ley N° 28611 y la Ley N° 27446, las cuales instan a las empresas mineras garantizar la sostenibilidad de sus operaciones y la integración de actores sociales durante la recopilación de datos. Esto garantiza que se consideren aspectos físicos, biológicos y sociales en el diagnóstico inicial, permitiendo identificar áreas sensibles y diseñar medidas de protección y restauración, como reforestación y conservación de fuentes de agua.

3. Identificación y evaluación de impactos ambientales
Las prácticas recomendadas de gestión ambiental de impactos en minería incluyen la meticulosa identificación y clasificación de riesgos durante todas las fases del proyecto. Además de matrices tradicionales, hoy se emplean análisis de escenarios basados en modelaje avanzado. La normativa exige que los impactos sean evaluados conforme a los Estándares de Calidad Ambiental (ECA), y los Límites Máximos Permisibles (LMP). Las decisiones deben fundamentarse en información científica actualizada y buenas prácticas internacionales.

4. Jerarquía de manejo ambiental y acciones restaurativas
El principio de jerarquía para el manejo ambiental establece un orden lógico de intervención: evitar, minimizar, restaurar y compensar. Empresas del sector han adoptado técnicas como el uso de biodigestores para tratar aguas residuales, programas de reforestación con especies nativas y compensaciones en forma de conservación de hábitats alternativos. La eficiencia de estas acciones fortalece la resiliencia ambiental y social ante los desafíos globales como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

5. Implementación efectiva del Plan de Manejo Ambiental (PMA)
El PMA debe ser un instrumento vivo, sujeto a mejora continua y auditoría, adaptado a las actualizaciones y mejores prácticas. Las estrategias digitalizadas de monitoreo permiten controlar en tiempo real los parámetros físico-químicos y biológicos, logrando una gestión más eficiente y transparente ante las autoridades y la sociedad. Desde JCI recomendamos que el PMA se gestione a través de un cronograma, presupuesto y equipo responsable que garantice un control técnico y cumplimiento de la normativa a lo largo del proyecto.


